Las mascotas de María Yolanda

María Yolanda vive en Cali, Colombia, es maestra de profesión y nos presenta a sus cuatro mascotas: tres perras y un perro. Todos fueron adoptados y son diferentes entre sí, mestizos, aunque con rasgos de alguna raza en concreto.

Los perros de María Yolanda

Estrella, la mayor, llegó con un mes de edad. Su mamá era una perra callejera que hace ya casi 6 años, durante una larga temporada de lluvias, una perra pequeña pelinegra, sin raza específica, se acercó a la escuela en la que todavía me desempeño como maestra a buscar refugio. Estaba flaca y con parásitos externos e internos. Una señora cuyos hijos estudiaban en la escuela, se ofreció a tenerla en su casa por una semana, y junto con una compañera de trabajo le auxiliamos con alimento y servicios veterinarios. Entonces descubrimos que venía embarazada y que tal vez había pertenecido a una familia, debido a su  comportamiento. La señora, con el tiempo, se encariño de la mamá de Estrella. Cuando nacieron los pequeños había tres machos y dos hembras, yo me quedé con la más pequeña, que resultó convertirse en la más grande. Mi Estrella, así le puse porque llegó a mi vida en un momento oscuro, e iluminó con su simple forma todos mis instantes hasta ahora. Es tranquila, le encanta pasear, los dulces para mascotas y para humanos. Su mamá y dos de sus hermanos siguen con la misma señora. Estrella es la típica perra de raza mestiza, de color amarillo, mediana. Ladra en pocas ocasiones y siente una gran debilidad por los niños, se derrite con ellos y participa en los juegos en la familia. Este año, el 23 de noviembre, cumple 6 años. Se encuentra esterilizada.

Luna llega unos 6 meses después, fue abandonada junto con su madre y dos hermanitos más en una caja a las puertas de un almacén de productos veterinarios. Ese día, durante mis compras normales, hallé esta situación. Y me dispuse a ayudar a esta familia canina con otras personas. La madre de Luna, según el veterinario que la revisó, era una perra de raza Schnauzer pura pequeña, de color gris. Tal vez abandonada por haber sido preñada por un perro sin raza. En fin, murió tres días después de haber sido encontrada, estaba desnutrida, deshidratada, con diversos problemas de salud, sus hijos le sobrevivieron, pero no por mucho tiempo: la cachorra que parecía ser la mayor, murió unos días después, y el macho también. La única sobreviviente es Luna, que está conmigo, lo especial según el veterinario, quien tenía menos probabilidades de sobrevivir era Luna porque nació con un defecto en su boca y no podía mamar de la madre. Yo la traje a casa y, junto con mi familia, le dimos alimento para cachorros, masajes en sus patas traseras que no respondían. Además, venía sin pelo, lo cual ha sido hasta el día de hoy su peor problema, es alérgica a casi todo. Con ella he conocido gran cantidad de veterinarios y tratamientos veterinarios desde tradicionales hasta alternativos. Posee una forma característica de ladrar por la forma de su boca, lo que emite son sonidos agudos, similares a gritos. Luna es silenciosa y tranquila, poco amiga de los niños y perros más pequeños, y/o cachorros y es más pequeña que Estrella. Juega con Estrella, su incapacidad para morder la reemplaza usando de manera creativa sus patas delanteras. De color blanco con sus orejas de color café.

Olaf llegó a mi vida hace un año. Un guarda de la escuela me lo regaló, se lo habían dado a una niña por su cumpleaños, pero por razones particulares de la familia, el perro se quedaba sin hogar. Olaf es el consentido, pequeño, un toy, mezcla de Caniche. Hace dos meses lo esterilicé, pero antes, preñó la perra de mi sobrina, una mestiza de Pekinés.  De esa única aventura hay actualmente tres cachorros. Olaf es un perro tranquilo, juguetón, le encantan los niños y dormir en mis brazos, es mi sombra como le dicen en casa, cuando salgo a trabajar queda en mi cama hasta mi regreso.

En cuanto a Princesa, su madre fue recogida por una animalista que vio una perra mediana mestiza tipo Caniche de color blanco con mancha negras, al lado de una calle. Me contactó, y junto con otras personas colaboramos. Llegó una camada de ocho cachorros todos negros, seis machos y dos hembras. Sentí el impulso y adopté a Princesa. En este momento tiene ocho meses, es grande, de pelaje negro brillante, ni sus ojos se ven, de porte elegante, patas largas y gran cola peluda. Como buena cachorra, molesta a todos, hace daños, pero también aprende con facilidad lo que Estrella le enseña, le encantan los niños, y es valiente con sus vacunas. Va a ser inmensa según el veterinario, su padre pudo ser un ovejero de pelo largo.

Esta es la historia, es difícil en pocas palabras, contar todos los sucesos y momentos, en que he llorado, reído, he tenido miedo por ellas, son muchos y cada uno de ellos inolvidables.

El orden de las fotos es: Luna, Estrella, Olaf y Princesa.

Fotos de Estrella, Luna, Olaf y Princesa


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