El perro y la muerte de su familia

No sólo las personas sufrimos con la muerte de un miembro de la familia. El perro también lo pasa mal. No es extraño que, tras la pérdida de un ser querido, nuestra mascota se muestre decaída. Nuestro perro necesitará de atención y cariño en esos momentos tan tristes.

Los perros y la muerte de un ser querido

Para los perros, cualquier miembro de la casa también es parte de su familia, ya sea animal o persona, por lo que la pérdida de un familiar también es un momento de duelo para él.


Hay perros que superan bien la muerte de sus seres queridos, y tras unos días de apatía, vuelven a su estado de ánimo normal otros, en cambio, permanecen en estado depresivo mucho tiempo. Por lo que hay que identificar si tu perro necesita apoyo para afrontar el fallecimiento de un pariente.

Cómo reconocer a un perro traumatizado por la muerte de un familiar

Aunque tu perro no sepa hablar, su lenguaje corporal puede avisarnos de que padece una depresión. Es importante conocer bien a tu compañero para poder identificar qué le sucede.

Un perro decaído se muestra indiferente a la hora de jugar y de hacer cualquier actividad que le motivara antes de la muerte de su familiar. También duerme más horas de lo habitual y puede que se muestre más afectuoso de lo normal con sus dueños. Ante cualquiera de estas conductas, lo ideal es acudir al veterinario para que pueda aconsejarnos qué hacer en estos casos. Ya que algunos perros necesitarán medicación a pesar de los estímulos y es probable que sea necesario acudir a un psicólogo canino en algunos casos.

Ayudar a un perro deprimido por la muerte de un familiar

El sentimiento de pérdida es mayor en el caso de que el individuo fallecido fuera considerado por él un líder, por lo que ese líder deberá ser sustituido por otro para poder facilitar la recuperación del can.

La compañía y el cariño son también buenas opciones a la hora de animar al perro. Incitarle a nuevas actividades y traer amigos a casa pueden darle un empujón.


Estimular al perro para que retome sus actividades favoritas es clave para que acepte la pérdida.

Otra opción es cambiar la rutina de paseo del perro, para que tenga momentos nuevos en los que mantenerse ocupado y estimular sus ganas de hacer cosas.

El dolor en los animales

La capacidad de emoción de los animales más cercanos a los humanos es una cuestión que sigue quedando en el aire a día de hoy, así como también su forma de recibir el dolor físico. Sabemos que el dolor es una sensación insatisfactoria o desagradable que experimenta un ser vivo, por lo que podemos deducir que otros seres vivos, además de nosotros, pueden percibir dolor.

El sistema de recepción de dolor es similar entre personas y animales: los receptores sensoriales reciben un estímulo y éste se refleja en la médula espinal que lo transmite al cerebro. Por lo que se puede demostrar que los animales sí experimentan dolor, aunque no todos responden de la misma manera frente a él. Las reacciones al dolor se muestran más evidentes cuanto más social es el animal, como en el caso del perro.

Historias de lealtad

Cuando un ser querido muere y el perro se ve afectado seriamente por el repentino cambio en su vida, puede llegar a demostrar su lealtad y nobleza dejándonos historias increíbles y muy conmovedoras.

Es el caso de la historia de Hachiko, llevada incluso al cine. En este caso, Hachi, un perro de raza Akita Inu, sigue a su amo cada mañana a la estación y le despide cuando va a trabajar, y regresa por la tarde para recibirle cuando vuelve. Pero las desgracias ocurren y Hachi siempre espera fielmente.
Los perros y la muerte de seres queridos

También conocemos a Capitán, un perro mestizo que vigila la tumba de su dueño desde 2007. Capitán no descansa, observa diariamente el nicho donde descansa su amigo, y sólo abandona el cementerio para visitar su casa, cosa que hace pocas veces. A pesar de que ya es muy mayor y que se calculan 9 años, el animal no se separa de su compañero fallecido.
El perro y la muerte de un compañero

Wiley, de raza Husky Siberiano es otro perro al que hemos visto llorar sobre la tumba de su dueña.
Perro y muerte de la familia

Pero los perros no sólo lloran por la muerte de familiares humanos, sino también por otros miembros de su misma condición canina, como es el caso de Brutus, de raza Rottweiler, al que hemos visto llorar desconsoladamente por la muerte de su hermano.
Perros lloran la muerte de sus familiares

No obstante, los perros no son los únicos a los que podemos ver deprimidos por la muerte de un ser querido. Conocemos también a Toldo, un gato que acude cada día a llevar un regalo a la tumba de su amo, fallecido en 2011.
Animales y muerte de un familiar


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