La terrible Leishmaniasis en perros

La Leishmaniasis es una enfermedad parasitaria producida por un protozoo del género Leishmania, que es transmitido por la picadura del mosquito hembra del género Phlebotomus, conocido coloquialmente como mosquito Beatillas, que vive en zonas húmedas y cálidas.

La terrible Leishmaniasis en perros

La Leishmaniasis canina se transmite a los perros a través de las picaduras de los mosquitos, que se convierten en portadores de la enfermedad al picar previamente a otros perros enfermos de Leishmaniasis. Su propagación es sencilla y rápida, pudiendo llegar a ser mortal, por lo que la prevención es la mejor opción para proteger a nuestra mascota. El período de incubación de la enfermedad puede ser de varios meses, es decir, pueden pasar meses desde que tu mascota fue picada por el mosquito hasta que aparezcan los síntomas de la enfermedad, por lo que complica una rápida actuación.


Síntomas de la Leishmaniasis

  • Adelgazamiento.
  • Anemia.
  • Apatía, debilidad.
  • Atrofia muscular progresiva.
  • Artritis.
  • Caspa.
  • Cojeras.
  • Crecimiento anormal de las uñas.
  • Falta de pelo alrededor de los ojos.
  • Fiebre.
  • Hemorragias nasales.
  • Heridas que no cicatrizan.
  • Inflamación de ganglios linfáticos, hígado y bazo.
  • Insuficiencia renal.
  • Lesiones oculares.
  • Pérdida de pelo.
  • Piel seca.
  • Úlceras cutáneas.

Muchos perros pueden mantenerse asintomáticos durante periodos de tiempo variables. Los síntomas pueden aparecer tras varias semanas o varios meses, el tiempo varía en función del sistema inmunitario del perro.

El diagnóstico de la Leishmaniasis puede realizarse mediante análisis de sangre, biopsia de piel, o citología de la médula ósea. Es una enfermedad para la que ya hay tratamiento y su aplicación es más eficaz si se diagnostica precozmente. Aún así, hay que tener en cuenta que su medicación no consigue la cura de la infección, pero los medicamentos disponibles pueden alargar y mejorar considerablemente la calidad de vida de nuestra mascota, en algunos casos puede llegar a parecer que el perro está sano. No obstante, no se debe olvidar nunca que es una enfermedad crónica y hay que permanecer alerta en cuanto a posibles recaídas.

La medicación que se utiliza para la Leishmaniosis se basa en antimoniales pentavalentes: metilglucamina y estibogluconato sódico, cesiastes como la anfotericina B, la pentamidina y el ketoconazol.
El tratamiento puede durar varias semanas y los fármacos son aplicados mediante inyección o vía oral.

Leishmaniasis canina

La vacuna contra la Leishmaniasis canina

En 2011 se lanzó la vacuna contra la Leishmaniasis canina. Se administra en perros tras haberse confirmado que están sanos mediante un estudio serológico previo. Esta vacuna no elimina totalmente las posibilidades de contraer la enfermedad, con lo cual, aunque hayamos vacunado a nuestro compañero, deberemos seguir tomando precauciones, como repelentes y collares, especialmente si vivimos en zonas cálidas y húmedas donde el mosquito prolifera tranquilamente.


El efecto de la vacuna es la estimulación del sistema inmune del perro. Hay escasas posibilidades de que el animal sufra reacciones secundarias negativas con esta inyección, salvo enrojecimiento en la pata y dolor, algo de fiebre y apatía, pero no son síntomas graves y desaparecerán a los pocos días. Asimismo existe la posibilidad de desarrollar alguna alergia.

Cómo prevenir la Leismhmaniasis canina

La prevención es el mejor mecanismo para evitar la Leishmaniasis en perros. Se trata de evitar las picaduras de insectos. Para ello existen gran variedad de pipetas, sprays repelentes y collares que reducen las posibilidades de que tu mascota reciba un indeseable picotazo.

Es importante vigilar a tu perro y su piel para localizar lo antes posible si tu perro tiene alguna picadura o zonas secas y extrañas para poder acudir rápidamente al veterinario y comenzar el tratamiento cuanto antes.


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