¿Por qué se pelean los perros? ¿Cómo evitarlo?
De vez en cuando pueden aparecer problemas entre perros, dando lugar a peleas y reyertas no deseadas, en las que uno de ellos, o ambos, pueden salir dañados, a veces de forma grave.
La competencia entre especies es la justificación natural de la agresión. Forma parte de la supervivencia del individuo a la hora de obtener alimento, proteger su territorio y conseguir pareja.
Las reyertas incluyen amenazas, agresiones y defensa, también una serie de expresiones corporales que manifiestan su estado emocional. Los problemas pueden ir dirigidos hacia otros perros y otras especies, incluyendo al ser humano.
La agresión se dirige hacia otros individuos, persiguiendo la lesión o la destrucción de un objeto o animal, intentando dañarlo o limitarlo.
Influencias y motivos por los que se pelean los perros
Las peleas están influenciadas por una serie de factores que pueden ser congénitos o pueden aparecer durante el desarrollo del perro:
- Genética: la carga genética es propia de cada especie y, dentro de ella, propia de cada individuo. Hay factores genéticos que influyen en el carácter dominante de cada ser.
- Factores hormonales: las hormonas dan lugar al estado fisiológico de cada individuo, que influyen sobre el estado de ánimo, el ciclo biológico y la presencia de determinadas patologías.
- Estado de ánimo: influye en el nivel de excitación, la ansiedad, o el estrés del perro.
- Estímulos ambientales: hay sonidos o movimientos que ponen en alerta al animal.
- Aprendizaje: la experiencia de cada individuo también influye en el comportamiento y en la forma de afrontar diversas situaciones.
Los motivos por los que se pelean los perros pueden ser muy diversos, y cada uno de ellos tiene unas características propias que, conociendo las diferencias, nos ayudan a controlar el conflicto.
Consejos para evitar el comportamiento agresivo canino
Para evitar conflictos, lo mejor es seguir una serie de pautas a la hora de elegir compañero:
- Elige raza, sexo y tamaño apropiados a la familia con quien vivirá y su ambiente.
- Selecciona un animal que no procesa de padres con problemas de agresividad.
- Demuestra quién es el jefe de la manada en la época de desarrollo del perro, no dejes que muestre dominancia sobre ti.
- Buena educación y entrenamiento. Debe impedirse cualquier tipo de comportamiento agresivo o amenaza.
- Evita el juego duro. Los juegos pueden incrementar la excitación e incitan a la competitividad, la dominancia, la rivalidad y la agresión, también puede aumentar la tendencia a morder.
- Cualquier tipo de entrenamiento debe comenzarse pasadas las ocho semanas de edad.
- Evita los entrenamientos sin ningún tipo de fundamento, pues pueden conducir a un aprendizaje pobre, frustración y problemas de conducta que serán complicados de solucionar.
- Dedica 10 minutos diarios a llevar a cabo ejercicios de obediencia y entrenamiento con correa. Esto además de mejorar la obediencia en el perro, mejorará la confianza entre vosotros y fortalecerá el vínculo.
Y recuerda, nunca incites a tu perro a pelear o a morder.