La carta que escribió una mujer después de que pegaran a su perro
Una mujer adoptó a un perro de raza Pitbull tras encontrarlo abandonado en la calle. Pero, aunque el perro se comportaba de manera ejemplar, las experiencias no siempre son buenas. Tras lo sucedido, se decidió a redactar esta carta a modo de reflexión y denuncia.
Mark fue encontrado a un lado de una concurrida carretera. Estaba impasible y parecía que llevaba poco tiempo allí. Mi marido y yo lo llevamos al Dekalb Country Animal Services, un refugio local de Atlanta, por si alguien lo estaba buscando.
Como nadie venía a por Mark, decidimos acogerlo. Su loca cara y sus largas patas hacían que no pudieras evitar fijar la vista en él. Pero lo que realmente nos enamoró fue su carácter. Era amoroso, amigable e increíblemente feliz. Encaja a la perfección con nuestra familia.
Desde el día en que llegó a casa, podemos decir que es feliz alrededor de otros perros. Así que una vez que probamos su temperamento y le dimos tiempo para relajarse del refugio.
Así, empezamos a ir a un parque para perros de la zona. Era gracioso ver como sus torpes patas trataban de mantener su cuerpo; si no tenía cuidado iba a chocarse contra una valla. Saludó a todos, a los perros y a la gente, con disposición totalmente amistosa.
Su felicidad era contagiosa. Mark tenía mucho amor y estaba dispuesto a compartirlo con todos. Sólo quería quedando en este mundo para siempre.
Un mes después de haber llegado a casa, llevé a Mark a un parque para perros que hay en nuestra calle. Recuerdo la alegría que se reflejaba en su cara mientras paseaba torpemente por el parque.
Entonces me di cuenta de que un hombre y un pequeño perro de pelo suave y esponjoso estaban en la esquina, y Mark se acercó a ellos con entusiasmo. De manera juguetona Mark saltó sobre las piernas del hombre y entonces oí gritar a éste. Mientras me acercaba a ver qué había pasado, el hombre comenzó a gritar diciendo que su camisa estaba sucia, seguidamente agarró a mi perro por el cuello y empezó a golpearle la cara varias veces.
Rápidamente cogí a Mark e intenté apartarlo de la situación. Entonces el hombre gritó: «eso es lo que te pasa por ser dueña de un Pitbull«. Me dio una torta en la cara y me empujó. Entonces vi a un hombre que no estaba molesto porque el perro hubiera saltado sobre él, sino que estaba enfadado por que tenía un Pitbull.
Este tipo de situaciones sucede a menudo, por eso los dueños de Pitbulls compramos correas más cortas, estamos siempre de guardia, pedimos a los veterinarios que mientan en los registros veterinarios, evitamos los parques para perros.
A veces se me olvida la manera en que estos perros son percibidos por el mundo exterior. Para más inri, Montreal prohíbe a los Pitbull y luego PETA los defiende y luego un hombre golpea a mi perro.
La lucha por la defensa de esta raza aún no ha terminado. Y por el camino, cientos y cientos de perros han sido sacrificados, simplemente por cómo son vistos.
Cada día podemos elegir cómo son tratados los animales en nuestra comunidad, ¿de qué lado estás tú?