El imprinting y su importancia en la vida de un perro

El imprinting o impronta, en español, es el periodo en el que los cachorros se impregnan de los comportamientos de los individuos que le rodean, ya sean caninos o humanos. Es esencial que esta etapa se lleve a cabo lo mejor posible porque va a determinar parte del carácter del perro adulto.
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El periodo de impronta,  impregnación o imprinting va desde que el cachorro nace hasta que alcanza las 12 semanas de edad, no obstante, el tiempo que va desde la segund a la séptima semana de vida, constituye el periodo más sensible. El cachorro primero aprende las conductas caninas con su madre y sus hermanos de camada; esas experiencias son fundamentales en la formación y el desarrollo de su futuro carácter y su personalidad. Durante este tiempo se consolida como perro y lo interioriza. No obstante, es fundamental el contacto con humanos de forma positiva durante este periodo, para que asuma que el ser humano es un buen compañero de vida. Es importante que la socialización sea con varias personas y varios perros, para que no enfoque a esos individuos como únicos.

El perro crece seguro y confiado, sin miedo o inseguridades, cuando se rodea de experiencias positivas durante su etapa de impronta, lo cual le proporciona mejor predisposición para socializar con otros perros y personas de manera espontánea.


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Es por la etapa de impronta por lo que nunca debe separarse a un cachorro de su madre y camada antes de los 45 días de vida (7 semanas). Los cachorros que han permanecido con su madre durante este tiempo y que han interactuado con diferentes personas y con otras especies animales, como gatos, tienen una mayor predisposición a la hora de relacionarse con su entorno, por lo que es probable que alcancen la vida adulta de manera equilibrada y feliz.

Si vas a adoptar a un cachorro de una camada y quieres saber si tiene buen imprinting debes guiarte por sus actitudes: un cachorro con buena impronta se mostrará curioso y confiado al verte, a pesar de ser la primera vez. Por el contrario, los cachorros que se esconden tras su madre serán perros temerosos y poco sociables al crecer, por la mala impronta.


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