Mahe, el perro que nunca se separa de su dueño autista
Mahe es el fiel compañero de vida de James, un chico de 9 años con autismo que vive en Wellington, Nueva Zelanda. Mahe sigue a James allá a donde va, incluyendo el hospital, de donde no se baja de su cama y le acompaña en todo momento.
Mahe es un perro de apoyo de raza labrador de color negro, fue entrenado para acompañar a niños con autismo y lo hace muy bien. La labor d Mahe es primordial, ya que el pequeño James Isaac no puede hablar y rechaza cualquier tipo de contacto con su familia y otras personas; el único que consigue la calma y tranquilidad es Mahe, quien también se ocupa de mantenerlo a salvo.
James frecuenta bastante el hospital para realizarse pruebas, dando lugar a momentos críticos en los que pueden aparecer la ansiedad y los ataques de pánico que son habituales en niños con autismo. No obstante, la presencia de Mahe consigue que el joven no entre en ese estado al sentirse más seguro de sí mismo.
Michelle, la madre de James, reconoció en una entrevista con Stuff.co.nz que la llegada de Mahe ha cambiado la vida de toda la familia, convirtiendo en una situación normal, otra que antes era estresante y angustiante.
La relación entre el niño y el perro se ha ido haciendo cada vez más fuerte a lo largo de dos años, estando Mahe constantemente con James. El carácter noble y empático de estos animales hace que sean los ideales compañeros para este tipo de labores, siendo Mahe un gran ejemplo de ello.
Las fotografías muestran como Mahe acompaña a James en una resonancia magnética de su cerebro.