¿Por qué los perros aman mis zapatillas?
Sabíamos que nuestros perros aman nuestras cosas, ¿pero conoces por qué las prefieren a sus juguetes? ¡La respuesta no es “porque son traviesos”!
Hasta ahora justificábamos el hecho de que nuestros perros prefirieran arañar las paredes, destrozar la colcha o morder nuestro peluche preferido, con las palabras de que “es un perro nervioso” o “me echa de menos y hace eso” o incluso con que “es muy travieso”… pero ahora diversas investigaciones científicas han demostrado que la actitud no influirían en esas preferencias.
¿Ya vas sabiendo la respuesta? ¿O intuyes algo?
La verdad es que a veces, podemos escoger el juguete para perros más moderno, el más popular o el último que han lanzado al mercado… pero a tu perro siempre le siguen gustando tus calcetines o tu camisa, o ¡cómo no! Tus zapatillas.
Según las opiniones expertas de los veterinarios, todos coinciden en que este fenómeno es muy común en todos, sin depender de su personalidad o carácter nervioso. ¡Les gustan nuestras cosas porque reconocen nuestro olor en ellas, y al entrar en contacto con esos objetos sienten que están más cerca de nosotros!
Algunos perros, cuando están a tu lado, y no saben cómo llamar tu atención, se enfocan en provocar tu mirada, y entonces ¡cogen algo que te pertenezca! Demandando tu afecto y cariño.
También por como juegue con ese objeto, sabrás cómo es tu perro. Por ejemplo si lo mordisquea y olfatea y lo deja en la alfombra, es curioso por naturaleza. Si lo toma entre sus dientes y lo zarandea, está jugando a los cazadores y las presas y es posesivo. Si lo comparte contigo, es juguetón y quiere entablar comunicación contigo. ¡Como ves, a la hora de entender a los animales, hay que tener mucha inteligencia emocional y conocer su lenguaje corporal para saber cómo piensan!
Pero no sólo eso, sino que también los animales cambian según sean las personas que estén a su lado. Si hay más animales, ellos tenderán a no darles el objeto, mientras que si hay humanos, irán por rango. Es decir antes a su dueño y después a las personas que estén con ellos. ¡Haciendo que todas entren en el juego!
