El sexto sentido de los perros para clasificar a las personas
Que los perros tienen un sexto sentido ya lo sabíamos.
¡Los perros tienen un sexto sentido!
No es nueva la noticia de que ellos pueden entender todo lo que pasa a su alrededor y también sentir lo que va a pasar. Sabemos que entienden y predicen la naturaleza, alejándose de peligros como terremotos, antes de que nosotros nos demos cuenta. ¿Pero entonces también saben alejarse cuando algo va mal con una persona? Las personas, podemos fingir entre nosotros, haciendo que más o menos podamos camuflar nuestros deseos e intenciones. Pero un nuevo estudio realizado en la Universidad de Hokkaido en Japón, podría mostrar que la actuación y el camuflar sentimientos o pensamientos, no valdría nada delante de ellos. ¡Ya que saben cómo se siente la persona de verdad en su interior!
De este modo, los perros saben conocer a los demás no sólo por el olfato y lo que las fragancias dicen, sino que también pueden observarnos en la manera de hablar, de gesticular y hasta en el modo de caminar. Aportándoles todo datos e información acerca de nosotros.
Cuando una mascota nota que una persona es peligrosa o no grata para él o para acompañar a un miembro de su familia que él o ella percibe en el grupo de su manada, además de ladrar, puede ponerse nervioso, intentando arrastrar a su dueño hacia otro lado, lejos de esa persona que ven nociva.
Los perros tienen sus preferidos
Y podría haber algo más: en el círculo familiar o de amigos de su dueño/a, también podrían tener sus preferidos. ¿A que no te lo imaginabas? Según los científicos, los perros siempre van a preferir a aquellas personas que realizan buenas acciones y que no tienen maldad. Para comprobarlo se hizo un test, en el que dos científicos parecían ayudarse mutuamente a abrir un pequeño contenedor. En ese caso, los perros se acercaron a ambos.
En la segunda parte del test, los dos científicos se mostraron contrarios, uno intentando abrir el contenedor y el otro portándose antipático, no queriendo cooperar con su compañero. Mostrándose ahí el conflicto. Al terminar la prueba, los perros no quisieron acercarse al científico antipático pero sí al otro. ¡Algo muy curioso!